29/8/08

Made for freaks

¿Falta de ideas o ganas de fastidiar al personal? Estas dos ideas rondan mi cabeza cada vez que salgo de ver alguna de las últimas películas comerciales que se han estrenado. Y es que da la impresión que la maravillosa simplicidad de la que hacían gala las películas comerciales antaño parece haberse diluido en un discurso exclusivamente para freaks. Y cuando digo esto no lo hago con ánimo de criticar a tal sector de la población que me rodea, pero resulta aburrido aguantar ciertas explicaciones que tan solo contestan hipotéticas preguntas de fanáticos sin cultura. Recuerdo que cierta vez hablando con un amigo trekkie me comentaba como los propios fans mandaban preguntas a los guionistas de la serie discutiendo la verosimilitud de cierta acción de algún capítulo concreto en contraposición a algo dicho en otro capítulo 15 años anterior. Esto me pareció curioso e interesante pero a la vez sentaba un precedente que desnaturalizaba el discurso de la propia Star Trek y de la ciencia ficción en general. La reacción a tal demanda se mostró en la gran pantalla de manera total en la nueva saga de Star Wars, dónde se explicaba una de las grandes ideas del cine de ficción moderno..."La fuerza", pasando de ser algo místico y ancestral, muy dogmático y por lo tanto atractivo, a una mera especulación pseudo genétista que no se sostiene por ninguna parte y qué tan solo escucharla aburre. Pero al parecer funcionó o al menos eso reflejan la mayoría de films de gran presupuesto. Si antes el deux ex machina existía y no era necesario irse a las fuentes clásicas para entenderlo, ahora se trata de explicar, de diseccionar, dejando a la vista una incapacidad narrativa y de síntesis que no auguran nada bueno. Si hasta ahora se han machacado grandes historias del mundo del comic (sobre todo la excelente obra de Alan Moore) o de la literatura de ciencia ficción (me viene a la cabeza el gran Philip K.Dick) para obtener productos muy deficientes, no quiero imaginarme el futuro que nos espera, sobre todo con la obra cumbre del comic Watchmen, que sera vilipendiada y pisoteada como una bruja en época de Torquemada.
Aún así, por debajo de esta costra de cine de videoclub disfrazado siguen existiendo producciones caspa sin pretensiones metafilosóficas y con guiones sencillos, directos, que cumplen la función de entretener al espectador sin la intención de convertirlo en un académico de la física y que con sus tramas simples nos hacen pasar un buen rato. En ese grupo incluiría el último producto de la saga Rambo. Producido unicamente con la intención de recaudar dinero y ya de paso mostrar todo aquello que se echaba en falta en las dos secuelas de Acorralado, efectos especiales y esa dosis extra de miembros amputados que casan perfectamente con la violencia hiperrealista de la que hace gala el viejo John Rambo. Algo tan antinatural e increible pasa a convertirse en plausible pues es por todos sabido que en cuanto el espectador se sumerge en la trama cualquier cosa que en ella pase es consecuencia natural y no necesita de argumentaciones sacadas de la realidad externa a la narración. Y esto que parece tan de cajón hoy en día no lo es, por lo que seguiremos tragando basura pero esta vez en HD.

21/8/08

Ya sabes dónde vivo...

Fin de semana triturador de neuronas. Entre los excesos y los madrugones a causa de las olimpiadas creo que hoy voy a necesitar dosis extra de fósforo.



¿Qué pasa con los segundos?


En estas olimpiadas la atracción del atletismo actual Usain Bolt a eclipsado al resto de competidores tanto en 100 como en 200 metros. Este hecho no es niguna novedad. Cuando velocistas como Donovan Bailey o Michael Johnson pulverizaban records nadie se fijaba en el segundo clasificado, un tal Frankie Fredericks, corredor namibio espectacular que aglutina el mayor número de segundos puestos en ambas distancias y que si no hubiera coincidido con estos talentos hubiera tenido el reconocimiento que un atleta como él se merece. Este caso se vuelve a repetir en las olimpiadas de este verano con Churandy Martina. Además de batir su propia plusmarca personal en cada una de las rondas clasificatorias el antillano ha quedado tercero en 100 y segundo en 200 metros lo que le hace valedor de una de las principales máximas del deporte olímpico, ser siempre el mejor competidor que uno pueda ser.
Mientras la opinión deportiva y mediática posa sus garras sobre el sobrehumano Bolt (el cuál se reserva energias para la Golden Leage y su millón de dolares) el sencillo Martina disfruta de ser el deportista más laureado de su pais y uno de los mejores competidores que han pasado por estos juegos olímpicos...¡Honor y gloria!